Hace ya unos meses, comentaba aquí mismo la sentencia a un conocido spammer llamado Adam Vitale, a 30 meses de cárcel y a pagar $180.000 a AOL debido al envío de 1?2 millones de mensajes basura a sus clientes.
Pues en otro proceso judicial de AOL contra otro spammer, esta vez un tal Jeremy Jaynes, el Tribunal Supremo de Virginia acaba de revocar la condena que pesaba sobre él de 9 años de cárcel. Los motivos han sido el «derecho» del acusado al envío de correos de forma anónima, según la primera enmienda de la constitución estadounidense (la de la libertad de expresión, vamos). La nueva sentencia aboga que la ley aplicada en la anterior es inconstitucional porque prohíbe el envío anónimo de correos masivos sin especificar si son de sentido religioso, político u otros tipos, protegidos estos últimos por dicha primera enmienda.
La reciente ley CAN-SPAM sí que hace incapié en el término «comercial» pero los mensajes fueron enviados antes de que se empezase a aplicar y no parece ser retroactiva.
Tiene «gracia» el asunto…